NOSOTROS

NUESTRA HISTORIA

UNA HISTORIA DE RESPETO,

ADMIRACIÓN Y CUIDADO

POR LOS ANIMALES !

Desde niña he tenido perros y caballos por lo que he crecido dentro de una cultura de respeto, admiración y cuidado por los animales. Aprendí y me dediqué al bienestar de mis caballos sin embargo ahora me hacía falta crear un buen lugar que cuidara de mis perros, así como los que rescato lastimados de la calle y donde mis amigos o familia los pudieran también encargar cuando salieran de viaje y/o a trabajar. En abril del 2004 decidí emprender este camino. En un principio inicié con una estética canina móvil, siendo la primera funcionando con este nuevo concepto, con unas camionetas muy espaciosas diseñadas con las herramientas para que los perros se bañaran adecuadamente y con todas las comodidades. Al pasar los años las camionetas fueron envejeciendo y la competencia aumentando por lo que decidí enfocarme en ofrecer un alojamiento de primera calidad con gran calidez humana hacia los perros; actualmente estamos cumpliendo dos décadas de continuas recomendaciones. Con los años hemos aprendido e innovando muchas cosas para mejorar nuestro servicio. Procurando la mejor calidad para sus habitaciones, camas, bebederos, platos de comida y hasta calefacción para la temporada de frío. 



LA "ALDEA"

Emprendí este camino construyendo La Aldea en el año 2010 con todo el cariño e ilusión, tratando de poner lo mejor de mi persona para que este lugar contara con calor humano, buscando los mejores detalles y materiales para el bienestar de los perros. Con los años hemos aprendido e inovando muchas cosas para mejorar nuestro servicio. Detalle a detalle, todos los días para encontrar el momento dónde La Aldea se viera cada día más bonita y en perfecto estado para nuestros clientes y huéspedes. Procurando la mejor calidad para sus habitaciones,camas, bebederos, platos de comida, y hasta calefacción para la temporada de frío.


De igual manera un día decidí agregar una zona VIP para la gente que busca que sus perros se sientan como si estuvieran en su propia casa. Ahora contamos con Suites, cada una con un nombre simbólico de mi vida, un diseño distinto, decoradas con mis propias manos. Nunca imaginé el éxito obtenido! Así ocurrió, nos ampliarnos y construimos otras más con sus muebles, camas, colchas, cuadros, sillas, flores, cojines y más que nada: muchísimo cariño.



Share by: